viernes, 10 de septiembre de 2010

gotitas...

No sé si alguna vez os habeis fijado en las figuras que forman las gotas de agua cuando estás en la ducha. En mi caso es en la cortina, ya que no tengo el placer de disponer de una bonita mampara (palabra que por primera vez escribo) Lo cierto es que mientras esta misma mañana me daba una ducha justo al tiempo de aplicarme la mascarilla, imprescindible para mi rebelde cabello, me fijé en la curiosa forma que aparecía: un especie de dibujo de una mujer besada por un niño. Sí, en serio, era como un cuadro de Klimt que le regalé a mi madre, eso sí, sin las flores,ni los colores obviamente. Esa imagen me produjo una agradable sensación y todavía no sé el porqué de ello. Lo cierto es que el estilo guardaba cierto parecido con los dibujitos que me hace mi acompañante cuando me deja notas en casa, quizá sea esa asociación la que hizo que se dibujase una amplísima sonrisa al tiempo que untaba mi pelo. Y siento no haber retratado esa curiosa representación pero lo cierto es que a diferencia de Caaal mi talento para la fotografía es nulo. 





Pd: me gusta ponerme un anillo enorme para escribir e el blog...

viernes, 3 de septiembre de 2010

Olores

A principios del verano en un conocidísimo supermercado (Mercadona) compré un nuevo gel que tenían de promoción. El caso es que esa política de marketing que utilizan ahora en muchos sitios de ofrecerte productos cuando estás en la caja conmigo es demasiado eficaz y no pude resistirme al nuevo gel urea que ofrecían en esa ocasión. Al parecer, la piel con el calor y la exposición masiva al sol pierde mucha urea (palabras textuales de la cajera) y el dichoso gel te ayuda a recuperarla. La realidad es que nada de nada.
 No noté mi piel más suave, ni yo ni mi acompañante, y eso que también había en casa la crema corporal de urea...Pero lo peor no fue eso.
Lo más horrible es el olor del producto, como a gel de ducha de hospital, jabón verde y fregasuelos... Al final hubo que aguantarse, ya que no podemos ir por ahí derrochando geles sólo porque no nos guste el olor. Y te acostumbras, más o menos,sin darte cuenta de lo incómodo que era hasta que compras un nuevo gel: de esos con leche de almendras y aroma de miel. Es ahí cuando te duchas con él, tú y tu acompañante, y recuerdas lo importante que es el olor  para sentir que, cuando te duchas, estás en tu casa y no en la Clínica La Rosaleda

¡¡Qué gustito!!



p.d.: no puedo creer que haga 5 meses que no actualizo y más cuando este verano me he vuelto adicta a los blogs de moda. Un asco ya lo sé....