miércoles, 12 de enero de 2011

¡¡ Pequeña masoquista !!



No sé exactamente qué es lo que hace que no continuemos un hábito, una costumbre o cualquier actividad que nos reporta satisfacciones varias. Es cierto que en lo que a mí se refiere  si hay algo que me defina es la ausencia absoluta de constancia. Esto conlleva a que en mi se encuentre la enorme virtud de no poseer ningún vicio, algo muy difícil en estos tiempos viciosos que vivimos. Pues no fumo, ni me engancho a ningún videojuego, ni videojuego ni juego a secas, ni tampoco por supuesto tengo el gusanillo de Blaconcia que la impulsaba a correr o a practicar deporte( fuente de inspiración para esta entrada, entiéndase como fuente a Blaconcia y no al gusanillo en cuestión). Pero no es que me sienta mal por no haber practicado deporte en todo el 2010, pese habérmelo propuesto desde el principio y pese a ser consciente de que sin duda es algo que me beneficio y me hace sentir bien. Es un hecho. Durante las escasas y cortas temporadas en las que he practicado algún deporte, o más bien, me he obligado a hacer ejercicio me he sentido pletórica. Igual que cuando llevas un tiempo tratando cuidadosamente a la piel. Lavándola con su adecuado gel mañana y noche, suaves masajes circulares, aplicándote la rica crema, con ese olor tan exquisito, y el contorno de ojos, a pequeños golpecitos, cuando te levantas y antes de acostarte, dos veces al día y dos por semana exfoliante…qué sensación más placentera. Realmente te ves más bella, te sientes una mujer que se cuida por fuera; y si después de esa rutina te sientas en tu sofá a ver un buen documental o una serie o peli de culto también eres una mujer que se cuida por dentro… Pero lejos de clichés de revistas femeninas ( que por cierto he ido abandonando, poco a poco, eso sí) no es que tenga una carga de conciencia por los propósitos incumplidos ni una inquietud insoportable por los que me debería estar haciendo y que para ahorrarme frustraciones futuras me he propuesto no hacerme.
Lo que me ha empujado a escribir esto, aparte de la inspiración antes señalada, es que no entiendo porqué dejo de lado tan frecuentemente y por tan dilatado tiempo esto que yo llamo el mundo blog y que tanta alegría y buenos ratos me ha hecho vivir. Y es que las risas, el buen rollo, el placer que he experimentado y experimento cuando me sumerjo en él  me hace pensar que si lo abandono y me alejo del mismo tiene que ser por puro masoquismo, única explicación racional para ello. 

1 comentario:

  1. A mi también me sucede. Uso cremas, me arreglo, cuido mi alimentación y es entonces cuando hago deporte, paseo y leo los mejores libros, cocino mejor y cuido a mis gatos callejeros y a mi loro con más cariño. Estoy también más encantadora con los que me rodean y escribo en mi blog. Sucede que suele ser cuando sale el sol y todo es más brillante y nos eleva el espíritu. Es el clima que nos hunde en el hastío.

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