sábado, 18 de enero de 2014

Black mirror, esa serie.

¿Hasta dónde pueden llevarnos las nuevas tecnologías?  Eso es algo que plantea, con acierto y de un modo aterrador, la serie de la BBC que da título a la entrada. Y no es algo nuevo el miedo que el ser humano ha sentido siempre ante cualquier avance.




 Podíamos decir que nuestra naturaleza humana se divide entre recibir con ardor y a ciegas todo lo nuevo que la ciencia nos brinda, abrazándolo con furor; o bien con recelo y a distancia, no implicarse demasiado en eso nuevo que nos presentan. Lo que ocurre es que en este momento, y refiriéndome a ciertas novedades tecnológicas, resulta casi imposible mantenerse al margen. Y no me refiero sólo al Big Data, que también, sino a otras aplicaciones tecnológicas que ya están instaladas en nuestro día a día sin darnos cuenta. Y es curioso que esto lo esté escribiendo en un blog, con una cuenta de google, que sabemos, ha vendido mi privacidad, mis datos, mis actividades enriqueciéndose con ello. Lo mío y lo tuyo también.




En la serie, impecablemente facturada e interpretada, la tensión ante los sucesos presentados es, indudablemente asfixiante. Puedes sentir por ejemplo la asfixia de un Primer Ministro empujado a un abismo, la desesperación de una joven viuda, el inmenso peso de la venganza o el sofocante viaje en la memoria de los tuyos. Doloroso, inquietante y sobre todo un producto capaz de removerte en tu cómodo salón, a pesar de estar viéndolo online y en tu inmensa pantalla negra ¿qué estamos haciendo? ¿qué nos están haciendo? ¿hasta dónde...? No creo que exista un producto en la televisión capaz de generar más debate, más planteamientos o más inquietud. No caerás en una conversación sobre la trama o sobre este o aquel personaje. Ese recurso lo utilizan otras, no Black Mirror, porque ella te obliga a hablar de algo más, de algo que puede que te dé miedo, que no quieras plantearte. Aunque quieras renunciar a eso, para protegerte, para no "estar dentro", para estar a salvo. No puedes, ya todos lo estamos, puede que sea sólo cuestión de tiempo y que los creadores de Black Mirror sean como Julio Verne, visionarios. Esperemos que no sea así.

No hay comentarios:

Publicar un comentario