miércoles, 16 de febrero de 2011

Caótica Annie





Recientemente, y en plena sequía de series, han llegado a mis manos un par de documentales interesantes sobre un tema común: las relaciones de pareja. Uno de ellos “La gran historia de la pareja”  repasa el proceso de formación de la pareja hasta llegar al concepto actual de la misma, el otro “Hasta que el hogar nos separe” estudia las relaciones de pareja, una vez que estas pasan a convivir y compartir techo, que no labores.  Por supuesto el último extrae las conclusiones esperadas:  la mayor (mayorísima) parte de las ocupaciones domésticas son llevadas a cabo por la mujer, y solo hay un 0,5% de hombres amos de casa. Lo cierto es que mientras el primero de ello resalta los avances de la mujer alcanzados en este último siglo, y también  por el hombre en ciertos aspectos, el otro nos muestra el nuevo sometimiento del sexo femenino. Lo que ocurre básicamente es que frente al nulo sentimiento de culpa por parte del hombre que no colabora en casa está el reconcomio femenino del hay que hacer esto y prefiero hacerlo yo. En este documental  hablan sociólogos, psicólogos, terapeutas… un grupo de especialistas que analizan el porqué de esta realidad. Obviamente una de las causas es la distinta educación recibida por niños-niñas en el seno del hogar. La reflexión que yo extraje fue bien distinta.
Mi caso personal es similar al de muchos niños de mi generación, incluso podría decir que es igual al de los varones de generaciones anteriores a la mía: nunca he hecho nada en casa. En mi casa se repartían las labores del hogar padre y madre casi al 50% y siempre sin acuerdo previo, ya que dudo que tuviesen que sentarse a debatirlo y llegar a un punto común, creo que simplemente fue algo natural para ellos. Lo cierto es que pienso que mi caso no es muy distinto del de otros compañeros de generación aunque les cueste reconocerlo, a ellas sobre todo, y lo nieguen.  Ahora ya no existe diferenciación en la educación doméstica de niños y niñas y hemos pasado, nosotras, porque ellos ya estaban en ese lado, a la orilla del no participar en las tareas de nuestra casa que, mágicamente, aparece impoluta y ordenada cada vez que entramos en ella. Y ¿cuál es entonces el resultado en una pareja  que estrena convivencia cuando se parte de iguales posiciones frente a la dirección del hogar? No lo sé. Quizás sea esta la generación que lo escriba y tal vez sean otros nuevos los problemas que surjan de este hecho. Del que ya no nos sintamos nosotras culpables por no  llevar al día los quehaceres de la casa, del que ya no queramos cargar con el peso de la organización de la familia en general., del hecho de que ya no encontremos ni una sola escusa o razón para la pasividad masculina ante los deberes domésticos.  Repito que no sé cuál será el resultado de todo esto. En mi caso personal, el resultado ha sido el caos absoluto. 

5 comentarios:

  1. Dioses, Annie, ojalá fuesen verdad tus palabras y no hubiese diferencias en la educación entre niños y niñas en el hogar, pero lamento decir que existen todavía y durarán mucho tiempo (y las consecuencias, ni te cuento).

    Tuvieste suerte de que en tu casa se repartiesen las tareas. Sé que tu padre trabaja también fuera de casa; no sé si tu madre lo hace o hacía. Si ella es/era "ama de casa" y él hace/hacía el 50% dentro, entonces ya no es suerte sino un hecho histórico. El otro día, en ese programa que parece imposible llamado "Princesas de barrio" se veía la pelea entre una joven pareja (25 años) precisamente por este tema: ambos trabajaban fuera y solamente ella lo hacía dentro y, con dos niños pequeñitos, la cosa era tela marinera. El programa será como sea, pero esa parte era un ejemplo buenísimo de lo que intento exponer.

    Que la violencia de los hombres hacia las mujeres que son sus parejas sea un disparate entre los menores de edad... ¿a qué se debe sino a la desigualdad en la educación? Y es solamente por entrar un poco, porque el tema podría ser muy largo y ya casi he escrito más que tú. XD

    Si no limpiáis ninguno es porque os han acostumbrado mal. O porque sois unos vagos... :P

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  2. No creo que sea cuestión de costumbre. Cuando vivíamos en casa de nuestros padres ni mi hermana ni yo hacíamos nada y hoy, por circunstancias de la vida, las dos somos amas de casa y las dos sabemos hacer que una casa funcione a la perfección, más mi hermana, por cierto.
    Por lo que veo a mi alrededor, la educación sigue siendo diferente para niños y niñas. En el medio rural en el que vivo son las madres, tengan la edad que tengan, las que se ocupan de que sus "capitanes" no hagan nada de nada mientras que las chicas se convierten en criadas de sus hermanos. El nivel cultural, por cierto, es bastante bajo.Cuando hay un hombre que comparte el trabajo doméstico, es el asombro y escándalo de muchísimas mujeres, incluso jóvenes, porque si bien gusta que el hombre ayude, no entienden que una mujer pueda estar sentada mientras su novio o marido esté recogiendo la cocina, por ejemplo.

    Creo que queda mucho por hacer. Por aquí las mujeres trabajan basicamente en conserveras y después llegan a casa y tienen que hacerlo todo. Aunque, bueno, las mujeres de vuestra edad son las que deciden lo que harán los hijos que tengais algún día, porque seguramente sereis vosotras las que os encargareis basicamente de su educación y de su cuidado. Porque cuando un niño enferma es siempre la mujer la que pide los días para atenderlo, para llevarlo al médico, o para quedarse con él cuando se separa.Yo me encargo de las tareas domésticas de mi casa, porque ése es mi trabajo, pero el día que Juan se jubile yo también lo haré y entonces compartiremos las tareas. Eso lo tengo clarísimo.

    En cuanto a ti y a tu chico, Annie, a ponerse las pilas, cochinotes xDDD

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  3. En serio pensáis que existe tanta diferencia entre la educación que a día de hoy recibimos nosotras y ellos ¿?. No pienso que ninguno de mis amigos trabaje más en casa de lo que lo hago yo o alguna de mis amigas. No estoy diciendo que ellos hayan pasado a trabajar tanto como lo hacíamos nosotras, sino que ahora tampoco nosotras colaboramos en casa. Y eso es lo que yo veo en mi entorno, tanto a nivel familiar como a nivel de amistades. Otra cosa es que, una vez que la pareja pasa a convivir, pese sobre nosotras un sentimiento extra de responsabilidad hacia el hogar (casa y familia) que ellos no tienen y seamos nosotras las que carguemos con el peso mayoritario. Pero esto es independiente de la educación doméstica recibida y sí es causa de factores sociológicos que arrastramos de épocas pasadas, algo más grave aún. No creo que en estos tiempos una madre haga diferenciación entre la educación que da a su hijo y la que le da a su hija; lo que sí puede ocurrir es que los hijos en general vean que es su madre, mayoritariamente, la que se encarga de educarlos y casi criarlos, y asuman como hecho propio de la mujer que sea ella y no el hombre el que se ocupe de la organización, en todos los aspectos, del hogar. Estos lastres sí que serán difíciles de soltar. Y así con otros tantos, porque cuántas de nosotras se sentiría cómoda siendo ella la que trabajase fuera del hogar mientras es su pareja la que se encarga de la casa y la familia. Cuál sería la reacción de nuestro entorno familiar ante este hecho. La verdad es que dudo que ese hombre no recibiese ciertas críticas machistas (mantenido, vago, falto de hombría…) por parte, además, de personas de ambos sexo, pudiendo incluso generar problemas en el seno mismo de la pareja. Estoy de acuerdo en que estamos muy lejos de ocupar posiciones iguales dentro de la pareja, pero sí creo que partimos de posiciones iguales cuando entramos en ella.

    @Blaconcia y @Caaal: ya lo tengo todo controlado, ayer le di caña y mi piso vuelve a parecer un hogar habitable y hasta acogedor, pero es que cómo odio las tareas de casa!!!!

    @Caaal: me encanta que escribas más que yo!!! :p

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  4. Buff no daría todo esto para comentar.
    Yo al igual que Annie, creo que hoy en día no existe diferencia alguna, en cuanto a la educación entre un hijo y una hija.
    En mi caso, la menos no he notado diferencia alguna. Yo tengo un hermano, el cual, al igual que yo no hemos hecho muchas cosas en casas, ni haces. Tanto él, que sigue estudiando y viene los fines de semana a casa, como yo que trabajo y voy a dormir todos los días a casa. XD
    Por otro lado, la repartición de tareas de mis padres, pues ellos quizás es que son unos padres especiales (los mejores, para mí)y saben repartirse las tareas. No creo que sea porque a uno le guste hacer una tarea más que otra si no que creo que fue casualidad que mi padre se encargue más veces de las tareas relacionadas con la cocina y mi madre quizás más con el tema de limpieza. Aunque la limpieza de las ventanas también corra a cargo de mi padre.
    En cuanto a la convivencia, en un futuro, con mi pareja, puede ser que esto si lleve a alguna discusión. Lo que sí tengo claro, que a mí me gusta vivir en un hogar como el que vivo. Es decir, que esté limpio como lo dejan papá y mamá.

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  5. Estoy de acuerdo en que hoy en día no hay apreciable diferencia en la educación entre niños y niñas. Sin embargo, antes la había, y mi madre a pesar de moderna sí tiene pequeñas notas de diferencia entre mi hermano, mi hermana y yo a la hora de pedir ayuda a las tareas domésticas (que normalmente practica ella sola, tyodo hay que decirlo). Pero mis hermanos en sus respectivas casas son un ejemplo de los nuevos tiempos, ya que tanto mi hermano como mi cuñado, a pesar de su educación machista en estas lides, están hechos unos totales amos de casa.

    Así pues, con los tiempos que corren, creo que cualquier "machito" con dos dedos de frente, al que se le razone bien, no debería tener problemas en colaborar con el trabajo en el hogar

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