jueves, 10 de abril de 2014

Más de un mes después... Los Oscars 2014

Yo no hago quiniela, nunca. No soy capaz de una vez vistas las películas separarla sensación de éstas son las que quiero que se lleven el premio de éstas son las que creo que se lo van a llevar. Lo mismo me pasó el año pasado, yo quería que Bestias del sur salvaje se llevase todo a lo que optaba, aún escuchando y leyendo por todas partes que ya era suficiente con que la hubiesen nominado. Y posiblemente era la verdad.

                                           



Este año el corazón me lo robó Dallas Buyers Club, para mí la joya del año. Me enfrenté a ella sin saber absolutamente nada de su argumento ni de la trama, sólo que Jared Leto se había llevado el Globo de Oro interpretando a un travestí y que Mathew McConaughey había adelgazado una barbaridad de kilos. Bien, pues la historia me enamoró. La lucha, la superación, la forma en que los enfermos tenían que buscarse la vida más allá de los médicos o de los servicios sanitarios estatales más preocupados, como suele pasar con todo lo relativo al poder, de inflar a las empresas amigas que de aliviar el padecimiento a los enfermos. 

                                               


La lucha conjunta, cómo se asociaron para poder llevar una vida digna no puede ser más actual. A pesar de ser una historia con más de 25 años, lo cierto es que es lo que ahora mismo estamos viendo en nuestro país. Como la sociedad se tiene que buscar las habichuelas para poder sobrevivir mientras su gobierno les pone una y otra traba. ¿Hasta cuándo se va a repetir esto? ¿Es que es una utopía pensar en lo contrario?. La convicción de que el estado de bienestar es insostenible ha calado tanto en tanta gente que muchos ni siquiera creen que aquellos que se encuentran en la más abyecta pobreza en nuestro país tenga derecho a reclamarle al Gobierno algo. Ya ni siquiera eso. 

                                           


Volviendo al cine, a esta joya, decir que interpretaciones aparte, es un drama conmovedor, emocionante y que, cómo no, me arrancó más de una lágrima. La tolerancia, la asociación de la gente, la solidaridad es lo que al final resuelve las cosas, al menos alivia un poco las tuercas del sufrimiento que muchos han soportado, este mensaje no puede ser más bello.

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